¿Qué es el Anarquismo?
[Parte 2 de 2]
Como hemos dicho en el número anterior, no existe un
solo tipo de anarquismo, sino que hay varios tipos de anarquismos, y sus
ideas difieren respecto a la organización de una nueva sociedad. Todos tienen
en común que el estado deber ser sustituido por una sociedad sin clases y sin
violencia. Por este motivo vamos a analizar los orígenes y diferencias de las
dos corrientes mas aceptadas dentro del anarquismo; el Colectivismo y el
Comunismo Libertario, siendo estas consideradas por muchos como las que mas se
acercan al concepto propio de anarquía:
“El Colectivismo;
Mikjaíl Bakunin comparte en gran medida con Karl
Marx su crítica y análisis del sistema capitalista de su tiempo (siendo Bakunin
el responsable de traducir “El Capital” al ruso), además de la opinión de la
necesidad de una revolución social por parte de la clase trabajadora, que
aboliera la sociedad de clases y, por tanto, las desigualdades sociales. Sin
embargo, Bakunin difiere de Marx en la forma de llegar a esa sociedad
igualitaria.
Mientras que para Marx y Engels era necesario que
los obreros se hicieran con el poder político, imponiendo una dictadura del
proletariado hasta que la clase obrera estuviera preparada para hacerse
directamente con los medios de producción y la burguesía no pudiera volver a
surgir como clase privilegiada, aboliéndose entonces el Estado y entrando en la
última fase histórica: El Comunismo, para Bakunin el Estado representaba un
elemento que no solo era utilizado como herramienta por las clases dominantes,
tal y como defendía el marxismo, sino que además era garante de que siempre
hubiera una clase dominante. De esa forma, el Estado socialista conduciría
inevitablemente al resurgimiento de una nueva clase privilegiada, encarnada en
la burocracia.
Por ello, Bakunin defiende
una revolución que, a la vez que elimina el Estado como poder político
centralizado, pone los medios de producción directamente en las manos de los
trabajadores según un sistema de organización social denominado colectivismo.
Según el colectivismo, los medios de producción pertenecen a las colectividades
de trabajadores libremente federadas entre sí, estando así el poder
descentralizado y no en manos de una elite o vanguardia. El trabajo se reparte
desde la colectividad mediante mecanismos de democracia directa, como asambleas
o consejos de trabajadores.
En cuanto a la producción, el criterio colectivista
establecía que debía dársele a cada cual el fruto íntegro de su trabajo. De tal
forma, si un obrero producía 100 (descontando el coste de los servicios
públicos de la colectividad y del mantenimiento de los medios de producción),
100 se le pagarían. De esta forma, al obrero no se le extraería la plusvalía,
acabando con la explotación del sistema capitalista (cosa que no remediaba el
Estado socialista) y éste podría satisfacer sus necesidades con el fruto de su
trabajo.
La aplicación práctica del sistema colectivista pudo
verse en las colectividades que surgieron durante la revolución española entre
el 36 y el 38, principalmente en Cataluña y Aragón. En estas colectividades
(aunque nominalmente se proclamaba el comunismo libertario) se impuso, por la
escasez de la guerra, un sistema colectivista en la que a cada trabajador la
colectividad le repartía vales según su producción, que luego podía utilizar
para adquirir productos. La principal crítica al sistema colectivista la
encontramos en el comunismo libertario. Los comunistas libertarios consideraban
que el colectivismo no tenía en cuenta las necesidades de aquellos que no
podían asegurarse la subsistencia por sus propios medios (Niños, inválidos o
ancianos) y que, además, siendo el trabajo una actividad social, no podía su
producción dividirse conforme al esfuerzo individual.
El Comunismo Libertario;
Se denomina comunismo libertario o anarcocomunismo a
la tercera de las grandes corrientes del anarquismo societario. Durante el
periodo de la I internacional las ideas colectivistas de Bakunin se habían
difundido, haciéndose mayoritarias entre los anarquistas. Sin embargo, uno de
sus discípulos, Carlo Cafiero, pondría en tela de juicio la teoría
colectivista. En “Anarquía y Comunismo”, editado en 1880, Cafiero es el primero
en advertir que el mantenimiento de un reparto individual de la producción
producirá diferencias económicas indeseables debido a la acumulación de riqueza
en los más capaces, y ésto podría causar diferencias sociales contrarias a la
sociedad libertaria.
Posteriormente sería el ruso Kropotkin (1842-1921)
quien desarrollaría la teoría de Cafiero. Para Kropotkin la cooperación tenía
un sentido natural, tal como expone en su libro “El apoyo mutuo, un factor de
la evolución”, en el que critica al darwinismo social, estableciendo que el
éxito de una especie depende en gran medida del grado de apoyo mutuo al que
lleguen entre sí sus individuos. Así, el ser humano, siendo la especie más
exitosa, es también la más tendente a alcanzar un alto grado de cooperación
social, tendiendo naturalmente hacia el comunismo.
De igual modo, para Kropotkin no tiene sentido la
repartición de la producción según valor-trabajo. La producción es un proceso
social, solo comprensible como fruto de los esfuerzos de la sociedad entera, y
no puede por tanto ser dividida de forma individual. Expondría Kropotkin en “La
conquista del pan” y “Campos, fábricas y talleres” los principios puntos de la
sociedad comunista: Abolición de la propiedad privada de los medios de
producción y del fruto de esa producción, que queda en manos de una comuna en
la que están integrados todos los miembros de la sociedad y que se rige
mediante mecanismos asamblearios y de democracia directa.
La sociedad se regirá según los principios de “De
cada cual según su capacidad” (Todo el que pueda trabajar debe hacerlo en la
medida de sus posibilidades) y “a cada cual según su necesidad” (La producción
no se reparte ya por el mérito, sino por la necesidad, pudiendo tomar uno
cuanto necesite de lo abundante, y racionalizándose lo escaso). Dentro del
comunismo libertario cogería el testigo el italiano Errico Malatesta (1853-1932)
criticando de Kropotkin que el comunismo libertario no puede explicarse como
producto de la evolución natural (Pues la dominación también crea sociedades
prósperas), sino como producto de la evolución y el progreso social. El ser
humano se forma socialmente y no tiende por naturaleza al comunismo.
Extraído
de los talleres de formación de la ALE (Asamblea Libertaria de Estudiantes) de
Zaragoza.
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